sábado, 30 de enero de 2010

Encuentro en Villafranca de Ebro




El lunes 25 de enero estuve con los chicos del colegio de Villafranca de Ebro, en un encuentro de animación a la lectura. Me recibieron en el colegio, en la sala de profesores, estaban todos allí esperándome con muchas ganas de conocerme y de hablar conmigo.

El encuentro lo organizó Marisa Carreras, la bibliotecaria de Villafranca, que les había regalado a los chicos de 3º a 6º de primaria mi libro "La bruja de chocolate" para Navidad y habían aprovechado las vacaciones para leerlo y también lo habían leído en clase con sus profesores Alfonso y Raúl.

Nos trasladamos a la biblioteca de Villafranca de Ebro, para estar sumergidos en un ambiente de libros, los propios chicos me contaron que les gusta ir a la biblioteca, algunos me dijeron que iban casi todos los días…



Allí, rodeados de libros, estuvimos hablando de cómo surgió la bruja de chocolate y enseguida se entabló un animado diálogo entre los chicos y yo, me hicieron montones de preguntas, sobre cómo se hacen los libros, sobre los extraños nombres de las brujas, sobre si es fácil escribir (cuesta esfuerzo desde luego, pero cuando te gusta…). :D

Me dieron también sugerencias para que escribiera nuevos libros de la bruja: la bruja de vacaciones, en la playa, por supuesto, con un bañador negro y sus gafas de sol y ¿un sombrero de punta?, eso parecía que no pegaba mucho en la playa, pero tratándose de una bruja… Otra idea fue La bruja en España y muchas más…


Como todas las brujas del cuento llevan un alias (Pimpinela, Bruja de chocolate; Carlina Malas hierbas; Hermenegilda Rayos tormentosos, Runilda Escoba inquieta…) uno de los chicos me preguntó que como me llamaría yo misma si apareciera en el cuento. ¡Vaya una pregunta difícil!, les dije. El mismo chico, al cabo del rato, inventó un nombre para mí, jugando con mi nombre igual que hablan las brujas en el cuento: ellas no pueden decir la palabra bueno, porque les da repelús, por eso todo lo dicen al revés (lo bueno es malo, lo bonito es feo, el amor es odio, el amigo, enemigo…) así que yo acabé siendo Impura Mina oscura (lo cual es una magnífica alteración de Purificación Menaya, ¿no os parece?).

En fin que participaron un montón y se nos pasó el rato sin darnos cuenta.

Les presenté el libro de Dragón busca princesa y también el de Monstruo, vas a comerme. Algunos de ellos ya los habían leído y también el de La bruja enamodiada, así que puedo decir que tengo a unos magníficos seguidores de mis obras.

Después Alfonso estuvo enseñándome el colegio y su clase (los chicos no querían que me fuera sin ver su colegio) y hablamos sobre su baúl de libros, de donde los chicos van eligiendo sus cuentos, además de otros libros que tienen en las estanterías de la clase.

También conocí a Carolina, la directora del centro, que amablemente me trajo a casa y con la que también estuvimos hablando de poder hacer un encuentro en el colegio de su hijo en Zaragoza.

Las fotos de este reportaje las realizó mi marido, Pedro Rovira, que me acompañó de chófer (he extraviado mi carné de conducir…) y de fotógrafo, aunque no pudo quedarse durante todo el encuentro, que el pobre tenía que comer…

Ahora solo deseo que este encuentro sirva para que los chicos disfruten todavía más de los libros, habiendo conocido cómo es el trabajo de un escritor y eso les anime a seguir leyendo muchos más libros e incluso a escribir ellos mismos sus propias historias.

Muchas gracias a todos: Marisa, Alfonso, Raúl, Carolina y a todos los chicos de Villafranca de Ebro porque salí de allí con las pilas recargadas, para mí es muy importante tener contacto con mis lectores y poder compartir con ellos mi gusto por la lectura y más cuando te reciben con tanto cariño y tantas ganas de estar contigo.

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